Hablemos de África y Europa…
El siglo XX se caracterizó por estar lleno de movilización social y descontento hacia los gobiernos en turno. Cambios políticos y económicos que solo favorecieron a unos cuantos dieron como resultado que la población no privilegiada comenzará a salir a las calles exigiendo justicia y respeto a sus derechos tanto de vivienda como laborales. En Europa, como a nivel mundial, existió un crecimiento económico y la preocupación de mantener una buena producción de alimentos que cubrieran y abastecieran las necesidades de los habitantes de cada país. Para fortuna de muchos y desventura de otros tantos, el eurocentrismo, que el mundo venía manejando desde unas décadas atrás, comenzó a verse quebrado por el poder y control que los Estados Unidos de América comenzaron a tener. Este país con su pronta expansión como líder mundial, y bajo la creencia de que ayudarían a todo aquel que lo necesitara, debilitó el poder de la Unión Europea y provocó que algunas potencias con menor poder económico se levantaran contra esta supremacía norteamericana. Tal es el caso de la extinta URSS que, en uno de los enfrentamientos más recordados no solo por las perdidas humanas, sino por la continua batalla por ver qué régimen económico funcionaba mejor además del descontento social que provocó a nivel mundial, se manifestó contra Estados Unidos dando origen a la llamada Guerra Fría. Por estos años, se dio la construcción del muro de Berlín. Una mañana de agosto de 1963. Todo esto sucedía en el marco de los años 60, sin embargo, hubo otros problemas sociales de los que poco se habla, pero no se les debe restar importancia. Tal es el caso de la problemática que vivió el pueblo judío y su aceptación no solo en Europa, sino en Norteamérica. La lucha se basaba en el antisemitismo que no aceptaba el papel de los fenicios en la conformación de la cultura griega, disputa que fue más visible en el ámbito académico por las diversas discusiones que en universidades prestigiosas se dieron. Aunque también se reflejó en lo social, pues al igual que los afroamericanos y asiáticos, los judíos seguían siendo rechazados por su creencia religiosa. Cabe mencionar que muchos de ellos habían huido por los problemas religiosos que enfrentaron. Yéndonos hacia otra latitud de este mundo en caos, las colonias africanas comienzan con los movimientos de liberación nacional. Se dividen en varios frentes y sus situaciones políticas son totalmente diferentes. Están los más pacíficos en África occidental, donde diversas manifestaciones se dan, pero hay grupos que apelan por llevar todo mediante la vía de la democracia. Aquí dependían estrechamente de Francia, por lo que hubo dos divisiones en cuanto a temas parlamentarios y de búsqueda de representación; el Rassemblement Démocratique Áfricain (RDA) fue el partido dominante, pero del otro lado estuvo el Bloc Démocratique Áfricain que tuvo mayoría en Senegal. Sin embargo, la descolonización del Congo Belga fue algo que se salió de control y aunque Francia retuvo el poder militar y económico, para después en los 60 aceptar su independencia, surgieron varios movimientos y partidos políticos, lo que demostró que en realidad no había una organización local y todo se tornó en desastre. Para la parte norte de África, la independencia de Argelia se vio teñida de violencia y de contestación por parte de jóvenes que se unieron a las guerrillas y participaron arduamente en tratar de echar a los franceses de sus territorios. Mientras que Francia estuvo muy metido en Marruecos y Túnez; Gran Bretaña custodió a Egipto hasta principios de los 50, cuando obtuvieron su liberación. En esta parte, la violencia tuvo un papel primordial en los movimientos. Para el caso de África oriental, la violencia fue decisiva ya que, aunque hubo derrotas de ingleses a las tropas de Kenia, las rebeliones hicieron que los europeos aceptaran sus formas de gobierno y las nuevas ideas en cuanto a economía y sociedad se trataron. Se crearon políticas públicas que resguardaran la seguridad de los habitantes de esta colonia. Propusieron el uso de lenguas maternas y el respeto a la división de tierras para poder trabajarlas. Para el centro de África, los niveles de violencia fueron en aumento. Los territorios británicos comenzaron a movilizar a la oposición africana mediante dos frentes: el Malawi Congress Party y el United National Independence Party, ambos partidos nacionalistas, contra la Central African Federation. Los niveles de violencia fueron altísimos, por lo que Gran Bretaña reconsideró que dichas rebeliones y levantamientos serían muy costosas. Para 1963, esta federación se rompió y los gobiernos de Nyasalandia y Rodesia del Norte quedaron a manos de africanos. Para 1961 y 1964, Angola y Mozambique también obtuvieron su independencia. La gran mayoría de los grupos que fueron surgiendo en estos momentos, preocupados por la liberación de las ciudades africanas, tenía una visión nacionalista, siendo la base ideológica con la que muchos africanos pensaron que podían conseguir beneficios sociales y políticos para todos. Las personas que trabajaron en campo fueron esenciales para poder ganar elecciones pues las políticas que comenzaron a gestarse los incluían de manera primordial. En el caso de Guinea, las mujeres pudieron acceder a la política y obtener participación en decisiones para el pueblo africano. La tasa de mortalidad disminuyó y se dio una expansión demográfica. Entre los jóvenes, las cosas fueron diferentes pues muchos de ellos se unieron a la guerrilla, tomando un papel relevante en las armas y en la defensa de sus territorios. Estos movimientos estuvieron ligados a todo lo que aconteció a nivel mundial. La organización social fue evolucionando conforme las necesidades de los habitantes cambiaron. Muchos grupos políticos y de defensa de derechos surgieron, nuevamente el mecanismo de prueba y error marcó una época en la liberación nacional de estos países en vías de desarrollo y con mucho potencial para seguir creciendo.
El caso de Asía
El proceso de descolonización que vivió Asía tuvo su origen a finales del siglo XIX, pero tomó fuerza en el siglo XX. El mundo cambiaba y la necesidad de reconocimiento de cultura e historia propia era latente, además de la subordinación que existía por parte de algunos países europeos hacia colonias asiáticas. Esto sucedió entre los años 1945 y 1955, donde colonias como India, Pakistán, Malasia, Indonesia y Birmania obtuvieron el reconocimiento de su independencia. Fueron momentos difíciles para los pueblos asiáticos pues en sus adentros existía una diversidad etnológica y cultural muy amplia, debido a esto surgieron problemas religiosos que hasta hoy en día se mantienen vigentes y que han cobrado la vida de miles de personas. Después de la Primera Guerra Mundial, países como Irak, Transjordania y Palestina pasaron a ser parte de las colonias lideradas por el Reino Unido; Siria y Líbano formaron parte de Francia. Sin embargo, después de algunos genocidios, como el realizado por nazis hacia el pueblo de Israel, este pueblo fue reconocido como libre en 1948. Los países anteriormente mencionados obtuvieron su liberación entre 1930 y 1946. Otros países como Omán, Kuwait, Yemen, Qatar y los Emiratos Árabes obtuvieron su liberación entre 1951 y 1971. Sin duda fue un largo periodo que estuvo manchado de sangre y separación de familias enteras. Los procesos que llevaron países como India, Pakistán y Bangladesh fueron sangrientos pero dignos de reconocer y recordar. Ellos estaban bajo el liderato de Gran Bretaña y se dividían entre grupos religiosos; por un lado, los musulmanes en Pakistán y Bangladesh y, por otro lado, los hindúes en India. Para su fortuna, el gobierno británico abrió un diálogo con líderes con ideología nacionalista como Mahatma Gandhi, lo que llevó a que en 1947 este país reconociera la independencia de las colonias, dividiéndose según sus creencias religiosas. Indonesia se vio obligada a liberarse bajo la toma de armas ya que Holanda tenía políticas sumamente conservadoras que no hicieron posible el diálogo como en otras latitudes asiáticas. El caso de la península Indochina que, estaba controlada por Francia, obtuvo su liberación mediante conflictos en latitudes como Vietnam, Laos y Camboya, en el marco de la Segunda Guerra Mundial y ya entrada la Guerra Fría. Vietnam resultó dividida por dos potencias (EU vs URSS) y el armamento ocupado en esta guerra fue patrocinado por esos grandes bloques económicos. De aquí se derivaron varios movimientos sociales alrededor del mundo que estaban contra la guerra, miles de jóvenes se manifestaron en contra de ir a pelear y formar parte de las filas estadounidenses. Ejemplo claro es el movimiento hippie que, además de la no violencia, promovía la idea de no a la guerra. Es interesante ver cómo, a pesar de la poca información que llegaba a diferentes latitudes del mundo, el apoyo para ponerle fin a las guerras y reconocer las libertades de los pueblos nativos era noticia de todos los días. Los jóvenes estaban convencidos de que por medio de sus expresiones artísticas y movilizaciones mostrando su descontento en las calles (a veces de manera violenta y mostrando rechazo a la política de guerra entre ambas potencias) podrían frenar esto. Si bien ya conocemos a uno de los líderes que defendió la soberanía de la India, hubo otros como Mohammed Ali Jinnah, musulmán que defendió a Pakistán y promovió la división de un estado musulmán y otro hindú. Ho Chi Minh promovió la independencia de Vietnam y fue presidente de la parte norte hasta su muerte en 1969. En 1955, se da la Conferencia de Bandung, en la cual se logran reunir países descolonizados recientemente y ponen como puntos principales estar contra la colonización, apoyo a los pueblos nativos y respeto a su independencia, cultura e historia, la soberanía entre los países del mundo y apoyo total a los países menos desarrollados. Como consecuencia de esta conferencia se crea el movimiento de países no alineados, quienes simplemente no quisieron participar ni ser parte de ninguna de las potencias que hasta ese momento lideraban al mundo. Por último, uno de los episodios que también marcarían al siglo XX por su poca empatía y su política discriminatoria contra los no blancos fue el llamado Apartheid, en el que holandeses, en su mayoría, tenían en condiciones de segregación y discriminación racial a la mayor parte de la población de Sudáfrica. Este hecho fue relegado de la agenda internacional debido a los conflictos bélicos y de independencia que se presentaron. Líderes como Nelson Mandela y organizaciones, como la recién creada Organización de las Naciones Unidas, apoyaron la abolición de este sistema político que no solo contemplaba que la raza blanca era superior, sino que la raza negra y todo aquel que fuera diferente debía servir a estos hombres y mujeres superiores, dándoles derecho no solo de explotarlos a ellos, sino también a sus territorios, minas y campos. Fue un momento donde la discriminación y el racismo fueron muy fuertes, trayendo consigo muchas muertes y represión. Fue hasta 1991 que se logró abolir completamente esta condición y liberar a estos pueblos de la esclavitud que hasta ese momento habían vivido. En el siguiente vídeo te hablaré del concepto de descolonización. ¡Disfrútalo!



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