El pequeño y travieso Hermes era un titán con grandes habilidades, pero con una que otra cualidad no muy digna de los dioses pues era un pillo y le encantaba robar. Para su buena o mala suerte lo descubrieron y recibió un castigo, pero también fue beneficiado por este castigo, ya que gracias a él se convirtió en el mensajero de los dioses.



Añadir una nota