Poseidón siempre fue caracterizado por tener mal humor, pero no era así, el dios era bastante noble y bueno. Aunque, como ya lo dijimos, nunca estuvo conforme con el mar, por eso invadía alguna ciudad cada vez que podía. En una ocasión se le ocurrió invadir Trecén, ciudad que también ambicionaba Atenea. Qué suerte la de Poseidón, ¿no?



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