Objetivos: internos y externos
Los personajes existen porque quieren obtener algo. Desear algo, y luchar contra cualquier oposición con tal de obtenerlo, es el alma de cualquier historia; y porque el personaje es la historia, también es el deseo lo que le da vida a las palabras escritas en una página. Es así como comienza el proceso de crear una persona en la mente del lector.
Es este ‘deseo de obtener algo’ lo que desata esa primera conexión entre la audiencia y el personaje. Los hace pensar: “Bueno, ahora necesito averiguar si esta persona obtiene lo que quiere”. Es un vínculo poderoso, lo suficiente como para mantener a la audiencia enganchada aun cuando la historia en general sea mediocre.
El punto de cualquier historia es que el protagonista, mientras se encuentra en plena búsqueda de su objetivo, enfrente situaciones que desafíen su manera de existir. Ya sea que se vean forzados a seguir tomando las mismas decisiones que han estado haciendo desde el inicio, y enfrenten consecuencias gradualmente mayores por ello, o que, paulatinamente, comiencen a tomar nuevas decisiones y se den cuenta de que esta nueva forma de ser es, de cierta forma, mejor; mejor para ellos mismos, para los demás, para el objetivo final, etc. Con lo anterior nos estamos refiriendo a que lo importante para tu personaje no será el lograr el objetivo, sino lograr el aprendizaje.
Ejemplo: en Up, una aventura de altura, el señor Fredricksen tiene como objetivo llevar su casa –una representación simbólica de Ellie y de la vida que compartieron juntos– a Paradise Falls, con lo que él cree conseguir la cura para su dolor y su culpa. Pero no lo hará. Una vez obtenida esa meta, el logro se siente vacío, no se siente como una victoria. Él sigue estando solo.
Repasa el tema con este video:



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