Para dar o recibir un masaje es importante ambientar el entorno. Esto se logra colocando velas, música de relajación, incienso, luz tenue, que sea un lugar tranquilo, con una temperatura agradable y que no existan interrupciones. Además, el espacio debe ser amplio donde quien proporcione el masaje pueda desplazarse cómodamente sin chocar con ningún objeto.
Es de suma importancia cuidar el movimiento y la postura de quien proporciona el masaje para evitar que se canse o se sienta tenso. Los movimientos se realizarán desde su eje de gravedad, el cual viene desde la pelvis hacia el tronco, utilizando todo el cuerpo para generar la presión y no sólo los brazos y hombros, así mismo mantener una respiración consciente y fluida les permitirá realizar movimientos naturales y continuos para transmitir relajación al usuario.



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